jueves, 26 de noviembre de 2009

SÓLO ERA UNA PLANTA DE CEIBO

Fuerte, muy fuerte me creí,
así me lo hizo ver
mi madre naturaleza,
pero, que fácil caí
ante la mano destructora
del hombre.

Qué era yo para él,
algo que le estorba,
para hacer realidad
su proyecto y su dinero.

No podía imaginar
el daño que me causaba,
yo era algo sin vida,
alguien que no sentía.

Cómo me lastimaban
cada uno de sus golpes,
mi ser se llenaba de heridas,
heridas que sangraban.

Mi dolor era grande,
no tanto por mis heridas,
al final él no era nada
comparado con el sufrimiento
de las futuras generaciones.

Que duro fue darme cuenta,
que sólo era una planta,
una planta de ceibo
y que mi madre naturaleza,
no me preparó para afrontar
la ingratitud de los hombres.

Maximina

1 comentario:

  1. Mi querida amiga Maximina te felicito por tu gran sensibilidad hacia los seres que nos rodean como los ceibos que antes era comun observarlos en los alrededores de Zarumilla y que lentamente van desapareciendo por nuestra insensibilidad e ignorancia de muchos que no saben del valor de estas especies. Gracias por unir tu obra poetica a la creacion de conciencia ambiental. Te felicito por tu blog, es un ejemplo que todos los docentes deben seguir.
    Un abrazo.
    F. Hugo Noblecilla P.

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